CUSTODIA COMPARTIDA: VENTAJAS E INCONVENIENTES
CUSTODIA COMPARTIDA: VENTAJAS E INCONVENIENTES
La separación y el divorcio, así como los acontecimientos que los preceden, interrumpen la estabilidad y la previsibilidad que necesitan los niños. Por ello, el hecho de alcanzar un acuerdo equilibrado y lo más favorable posible para los intereses de los menores siempre ha sido una máxima en los procesos judiciales de determinación del régimen de guarda y custodia.
Lo cierto es que durante los últimos años se han producido transformaciones significativas en las estructuras de convivencia y en los modelos familiares tradicionales, lo que ha propiciado consecuentemente cambios en los modelos de custodia, hasta el punto de que la jurisprudencia más reciente da prioridad al régimen de custodia compartida, al entender que debe considerarse como la norma y no como la excepción si se dan los requisitos necesarios para ello.
El modelo de la custodia compartida permite que los hijos convivan con ambos progenitores, estableciendo periodos alternos de convivencia con uno u otro, lo cual lo convierte en una solución aparentemente equitativa y conveniente para los intereses del menor, ya que garantiza que pueda relacionarse con ambos progenitores en igualdad de condiciones, así como disfrutar de tiempo de calidad tanto con ellos como con sus hermanos.
Otra de las ventajas de acogerse a este régimen es que disminuye notablemente la posibilidad de que el menor padezca secuelas psicológicas que puedan afectar a su desarrollo personal como consecuencia de un proceso de divorcio no consensuado, en el que los hijos del disuelto matrimonio suelen ser los más perjudicados.
Asimismo, el modelo de custodia compartida fomenta una implicación directa y cooperativa por parte de los progenitores en todos los aspectos que inciden en la vida del menor, lo cual resulta más complicado con aquellos regímenes en los que es uno de los progenitores el que permanece todo el tiempo con el niño.
Sin embargo, y a pesar de las ventajas que proporciona la custodia compartida, también presenta una serie de inconvenientes que obstaculizan su correcto funcionamiento.
En primer lugar, la edad de los niños influye notablemente a la hora de determinar el régimen de guarda y custodia, ya que cuando los menores se encuentran en periodo de lactancia, los tribunal coinciden generalmente, y en atención a numerosos estudios médicos sobre la materia, en que por cuestiones biológicas, deben respetarse esas primeras etapas de la vida en las que resulta más conveniente que los menores permanezcan cerca de la madre. En estos casos, el régimen de custodia compartida supone un impedimento a tales recomendaciones médicas.
Por otra parte, el éxito de la adopción de este régimen depende de la colaboración y de la buena relación personal que exista entre los progenitores, ya que los continuos enfrentamientos y discrepancias entre ambos pueden terminar perjudicando el interés superior del menor. En este sentido, es indispensable que ambos se pongan de acuerdo en las principales cuestiones que afecten a la vida del niño, tales como su educación, normas de convivencia, etc., ya que de lo contrario, la custodia compartida resultará un fracaso e inducirá al menor a una situación confusa e inestable.
Otro de los inconvenientes que se pueden derivar de este modelo es la dificultad para conciliar la vida laboral y personal de alguno de los progenitores, lo que podría provocar que el menor esté constantemente bajo el cuidado de terceras personas en detrimento del otro cónyuge, que se verá privado de ocuparse preferentemente de su hijo aún cuando su ex pareja no pueda hacerse cargo. Una solución a este conflicto se encuentra en el establecimiento de cláusulas que permitan que el otro progenitor tenga preferencia en el cuidado del menor frente a terceras personas.
Asimismo, un factor que puede entorpecer en gran medida el correcto funcionamiento del régimen de la custodia compartida es la existencia de una gran distancia entre el domicilio y el centro escolar. Partiendo de la base de que el interés del menor debe ser siempre la prioridad, los progenitores deben tener en cuenta que su lugar de residencia debe ser favorable a la comodidad y al adecuado desarrollo del menor, de manera que no suponga ningún tipo de trastorno.
Por último, el modelo de la custodia compartida también puede suponer dificultades si los progenitores optan por el sistema de la “casa nido”, en virtud del cual se utiliza un domicilio común en el que el menor permanece siempre, siendo los padres los que se van turnando para residir en él en función de lo que estipule el régimen de custodia. Actualmente, este tipo de solución es poco común debido a los trastornos que puede llegar a generar para los progenitores durante el tiempo que no les corresponde permanecer con el menor.
En definitiva, la custodia compartida, como todo, tiene sus pros y sus contras, y por ello es esencial analizar cada caso concreto para ver si verdaderamente este sistema se adecua a las necesidades del menor y resulta favorable para sus intereses.
CUSTODIA COMPARTIDA: VENTAJAS E INCONVENIENTES
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