PACTO DE ESTADO CONTRA LA VIOLENCIA DE GÉNERO

El pasado 28 de septiembre, fue aprobado el Pacto de Gobierno Contra la Violencia de Género por el Pleno del Congreso de los Diputados. Se trata de un pacto mediante el que el poder político aprobaba una serie de medidas que por parte de la Comisión de Igualdad proponía en un informe del pasado mes de julio.

Apuntamos como dato previo que, éste Pacto pretende, si no la erradicación de la violencia de género, sí una mejor atención a las víctimas, así como sistemas de prevención y detección precoz. Si bien y a pesar de ser éste un tema que nos afecta a todos, no ha sido aprobado de forma unánime por la Cámara y es que, han sido 278 los votos positivos y 65 las abstenciones.

Resulta, cuánto menos sorprendente que, 65 Diputados elegidos democráticamente por los españoles se abstengan de votar un Pacto de Estado por el que se pretende erradicar y/o minimizar los daños de la violencia de género. Consideramos que esta abstención no tiene  justificación alguna y que, estamos seguros (dejando de un lado las ideologías políticas) de que, ninguna mujer (y esperamos que la inmensa mayoría de los hombres tampoco), aprobaría dicha conducta de sus representantes políticos.

Dejando esta cuestión aparte, y entrando a analizar el objetivo y las medidas de este tan esperado Pacto de lucha contra la violencia de género. Referimos que, en éste se recogen 213 Medidas que habrán de comenzar su puesta en marcha en un plazo de 2 meses desde su aprobación y que, van a contar durante los próximos 5 años con una dotación de 1.000 millones de Euros, focalizados especialmente en 3 vías de actuación:

• Sensibilización y prevención
• Asistencia, ayuda y prevención de las víctimas
• Formación, buenas prácticas y visualización.

Todo ello con el compromiso de seguimiento, ampliación de recursos materiales y humanos de la administración para la realización y consecución de dichos objetivos.

Un dato fundamental a nuestro entender, es el hecho de que en este Pacto, se viene a ampliar el concepto de Violencia de Género, contemplando desde este momento dicho concepto, además de la violencia física, psicológica y sexual, la violación, la mutilación genital femenina, el matrimonio forzado, el acoso sexual y el acoso por razones de género, el aborto y la esterilización forzada y, desde ahora pasa también a considerarse víctima de violencia de género a aquéllas mujeres que han perdido a sus hijos a manos de sus exparejas sentimentales y es que, qué acto mayor de violencia se puede realizar frente a una mujer, que el quitarle la vida a sus hijos.

Desde luego la ampliación del concepto de este término, conlleva que, –desgraciadamente- un mayor número de mujeres puedan “beneficiarse” de las ayudas, protección y asistencia que el Estado prevé hasta el momento de de las que se pondrán en marcha a partir de este Pacto.

Un dato importante es también que, mediante la aprobación de este Pacto se suprime el efecto de la atenuante de confesión y reparación del daño, que nuestro Código Penal prevé para los autores de un delito, por lo que los maltratadores a partir de ahora no podrán acogerse a la reparación del daño o a la confesión para reducirse la pena que les haya sido impuesta. Lo cual supone una importante modificación del Código Penal español. Esta modificación, no es la única, ya que también se ha visto afectada la Ley del aborto, puesto que prevé este Pacto, que las víctimas de violaciones que sean menores de edad, puedan abortar sin necesidad de que sus tutores legales lo autoricen expresamente.

Se prevén también ciertas ayudas de mejora para los operativos policiales y, de los recursos que ésta y la administración del estado disponen para atender a las víctimas pero, también una gran parte los fondos van destinados a las labores de prevención, es este el punto clave a nuestro entender.

Así, consideramos que, la prevención y la concienciación social son el elemento esencial a abordar. Utilicemos así una metáfora, y es que cuando queremos desecharnos de la maleza, lo que debemos hacer es arrancarla de raíz, para que no queden restos y evitar que vuelva a crecer. Así la clave de bóveda está en la educación y en la detección. Los centros educativos deberían contar con los medios necesarios para preveer estas conductas, deberíamos de estudiar los perfiles de los menores, observar sus conductas y el momento en que el menor atisbo de machismo o violencia aparezca, tratarlo e impedir que ese menor desorientado en un futuro se convierta en un maltratador, por tanto formemos profesionales capaces de preveer estas conductas, para evitar que en un futuro sigan habiendo maltratadores. Eduquemos a los niños en la igualdad y corrijamos las desviaciones que puedan presentarse a lo largo del camino.

De igual modo otra clave, como decimos, es la concienciación social, y es que un 60% de las mujeres fallecidas a manos de sus parejas o exparejas, no había denunciado nunca a su agresor.

Si tenemos mayores recursos tanto policiales como de ayudas y protección a las víctimas, pero no concienciamos a las mujeres de que no han de soportar ese tipo de conductas por parte de sus parejas, que han de denunciar, no resolveremos el problema. Esto también se puede solventar mediante la educación, enseñemos también a las niñas, eduquemos a menores seguros de sí mismos, con valores y consientes de lo que hay que hacer, de lo que no y sobretodo, consientes de las conductas que han de soportar y aquéllas que no han de tolerar en absoluto.

Hagamos conciencia social en que éste es un problema de tod@s, en el que la solución está también de la mano de tod@s.

Evidentemente es una ardua labor, que conllevará tiempo y esfuerzo pero, la clave de está en la educación, la prevención y, en último lugar en la asistencia y el apoyo a la víctima.

 

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